martes, 21 de enero de 2014

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Causas y factores de riesgo de la anorexia

Es extremadamente complicado establecer parámetros comunes responsables de este trastorno alimentario debido sobre todo a su componente psicológico y a la gran variación de signos y síntomas entre unos pacientes y otros. 
Los estudios desarrollados que han intentado determinar la etiopatogenia (origen de la patología) de la enfermedad no han sido concluyentes, apuntando como origen la suma de algunos de estos factores predisponentes:

Factores individuales

Se ha hablado de un posible componente genético ligado a la presencia del gen 5HT-2A, detectado en un gran número de pacientes diagnosticados de este desorden alimentario y activado por situaciones de malnutrición. Diversos estudios de concordancia gemelar apoyan este posible componente genético. 
Se ha detectado un aumento de la actividad serotoninérgica que parece estar muy ligado a la disminución de la ingesta de alimentos y a alteraciones de la conducta. Igualmente se han observado, a través de pruebas de imagen, alteraciones anatómicas y metabólicas en los sujetos con anorexia, que podrían estar ligadas a la presencia de la enfermedad. 
Finalmente, se ha relacionado de forma predominante la presencia de esta enfermedad con alteraciones psiquiátricas como depresión mayor o trastorno obsesivo-compulsivo.

Factores familiares

Presencia de alcoholismo y/o trastornos psiquiátricos en familiares de primer grado (padres y hermanos).

Factores culturales

Cánones de belleza inalcanzables impuestos por la sociedad y un excesivo culto al cuerpo.
Además de estos factores, el inicio de dietas restrictivas es un factor precipitante de la enfermedad.

Diagnóstico de la anorexia

Diagnóstico de la anorexia

El diagnóstico de esta enfermedad se basa en:
  • Una entrevista con el paciente y su entorno familiar más cercano, y revisión de su historia clínica y antecedentes familiares.
  • Una exploración física y evaluación del ritmo cardiaco, presión sanguínea y frecuencia respiratoria.
  • Pruebas clínicas complementarias: hemograma, bioquímica, etc.
Según el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-IV) de la Sociedad Americana de Psiquiatría, los cuatro criterios diagnósticos principales de la anorexia nerviosa son:
  • Rechazo tajante a lograr y mantener un peso corporal igual o superior al valor mínimo normal considerado en función de la edad y la talla. Por lo general, el peso es inferior al 85% del mínimo correspondiente a la edad y talla.
  • Terror patológico a la ganancia de peso y a la conversión en una persona obesa.
  • Alteración de la autopercepción del peso y silueta corporal, con exageración de su importancia en la capacidad de autoevaluación, y negación de los riesgos que supone un bajo peso corporal mantenido.
  • Amenorrea en mujeres pospuberales (desaparición de al menos tres ciclos menstruales). 

Claves en el diagnóstico de la anorexia

La 10º versión de la clasificación estadística internacional de enfermedades y otros problemas de salud (CIE-10) mantiene aproximadamente los mismos criterios de diagnóstico de la anorexia, aunque un poco más ampliados, indicando:
  • Pérdida de peso significativa conseguida mediante la evitación de alimentos “que engorden”, y dos o más de los siguientes síntomas: vómitos autoinducidos, empleo de laxantes, ejercicio físico excesivo, uso de diuréticos o inhibidores del apetito.
  • Psicopatología específica con idea sobrevalorada y obsesiva de horror hacia la gordura o la flacidez, lo que implica que el paciente se autoimpone un umbral de bajo peso no justificado.
  • Presencia de trastornos en el eje hipotálamo-hipofisario-gonadal que se manifiestan en el varón como falta de interés sexual e impotencia y, en la mujer, como amenorrea. Puede haber niveles elevados de GH y cortisol, anormalidades en la secreción de insulina, y cambios en el metabolismo periférico de la hormona tiroidea.
  • En caso de aparición prepuberal, el crecimiento se ve interrumpido, con falta o ausencia total del desarrollo de los pechos y aparición de amenorrea primaria en las niñas y, en el caso de los niños, los genitales permanecen juveniles. 
Con la recuperación, estos síntomas se revierten y se continúa con el desarrollo normal de la pubertad, excepto por el retraso de la menarquia.

Prevención de la anorexia en la adolescencia

  • La mayoría de los casos de anorexia se dan en mujeres con edades comprendidas entre los 14 y los 18 años. Jóvenes que han recibido  un falso mensaje que ensalza la delgadez como la representación del éxito, la felicidad, lo correcto y lo natural. El deseo de cambiar el aspecto físico no implica que se padezca una enfermedad mental, pero sí incrementa las posibilidades de desarrollar un trastorno alimentario cuando se convierte en una obsesión y se adoptan conductas inapropiadas. La adolescencia es una etapa especialmente vulnerable porque la personalidad no está suficientemente formada, de ahí la importancia de establecer programas de prevención de la anorexia, para evitar el desarrollo de este y otros trastornos alimentarios.
  • Los educadores en contacto con adolescentes juegan un papel muy importante en la detección precoz de los trastornos alimentarios, y deben avisar a los familiares si observan alteraciones emocionales o cambios en el comportamiento o el aspecto físico de los jóvenes.
  • Si el joven necesita perder peso por motivos de salud, debe hacerlo siempre bajo control médico y con el conocimiento de los padres. Si estos observan que el deseo de perder peso está injustificado, o que el joven empieza a reducir sin motivo la cantidad de comida, deben consultar inmediatamente con un especialista.
  • Los familiares deben evitar hacer comentarios despectivos sobre el aspecto físico de otras personas. Se puede criticar una mala acción o el mal carácter de alguien, pero no burlarse de su fealdad gordura.
  • En esta misma línea, se debe enseñar al adolescente a valorar las virtudes de los otros en vez de juzgarlos por su aspecto físico.
  • Favorecer la integración y convivencia entre personas procedentes de distintos ámbitos sociales y culturales, ayuda al adolescente a comprender que ser diferente no significa ser peor ni mejor.
  • Potenciar su autoestima para que valore sus cualidades y capacidades y no se avergüence de sus limitaciones.
  • Un ambiente familiar positivo, sin caer en la sobreprotección, proporcionará al adolescente la seguridad y el apoyo necesarios para superar sus problemas.
  • http://www.webconsultas.com/anorexia/anorexia-271

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