martes, 21 de enero de 2014

MUY INTERESANTE - BULIMIA

¿Cuáles son los signos visibles de la bulimia?

Dolores de cabeza y mareos, hinchazón del rostro por el aumento de las glándulas salivales y parótidas, problemas con los dientes, machas, caries... Pérdida de cabello y debilidad, irregularidades menstruales bruscos aumentos y reducciones de peso, estreñimiento o defecación crónica debido al uso de laxantes marcas de dientes en los nudillos de las manos.

¿Cuáles son los síntomas de la bulimia?

Episodios recurrentes de atracones de comida. Una sensación de pérdida del autodominio durante los atracones de comida, uso regular de vómito autoinducido, laxantes o diuréticos, dieta estricta o ayuno, o ejercicio muy energético para evitar el aumento de peso. Un mínimo de dos episodios de atracón de comida a la semana durante al menos tres meses. Preocupación exagerada por la figura y el peso corporal. Las bulímicas están continuamente obsesionadas por su aspecto y trabajan duro para ser lo más atractivas posibles. Antecedentes de dietas frecuentes. Muchos estudios han revelado que casi todas las personas que desarrollan bulimia han realizado frecuentes intentos de controlar su peso, síntomas de depresión que incluyen pensamientos melancólicos o pesimistas, ideas recurrentes de suicidio, escasa capacidad de concentración o irritabilidad creciente. Excesivo temor a engordar. En un estudio reciente, el 92 por ciento de las pacientas bulímicas encuestadas dijeron que sentían pánico o mucho temor a engordar. Comer en secreto o lo más inadvertidas posible. Mantenimiento de al menos un estándar normal mínimo de peso. Adiferencia de las anoréxicas, las bulímicas no tienen una figura demacrada que las traicione. Por supuesto, muchas mujeres con anorexia también desarrollaran bulimia.

Causas de la bulimia

No se ha conseguido encontrar una causa orgánica que origine este trastorno de la conducta alimentaria (TCA), pero se cree que existen varios factores secuenciales que pueden desencadenar la bulimia nerviosa. Una baja autoestima puede conducir a una excesiva preocupación por el aspecto físico, lo que lleva a realizar dietas restrictivas, que no siempre producen los resultados deseados, alternadas con episodios de consumo incontrolado de comida, que provocan un desequilibrio metabólico. El paciente tiene sentimientos de culpabilidad a consecuencia del atracón, y su preocupación por engordar genera otras conductas como el vómito autoinducido y el abuso de laxantes. 
El enfermo puede sentirse también presionado por los patrones de belleza considerados lideales por la sociedad, y por la necesidad de ser delgado y atractivo para sentirse aceptado. Experiencias de rechazo social o un fracaso sentimental pueden hacerle creer que perder peso es un requisito indispensable para tener éxito.
Otra causa, es una falsa percepción de la imagen corporal: el enfermo se ve gordo aunque su peso sea normal para su edad y constitución.

Síntomas de la bulimia


  • La persona con bulimia, tiene una preocupación continua por la comida, y siente deseos incontrolables de comer, especialmente alimentos con alto valor de calorías (hidratos de carbono, dulces...). Consume grandes cantidades de comida en cortos periodos de tiempo (cada dos horas o incluso menos).
  • Para contrarrestar el aumento de peso, el paciente puede provocarse vómitos, abusar de laxantes, consumir fármacos que reducen el apetito o diuréticos. Hay, pues, que sospechar, cuando una persona se encierra en el baño nada más terminar de comer.
  • De la misma forma, otros síntomas de bulimia pueden ser, ayunar durante largos periodos de tiempo, seguir dietas muy restrictivas y realizar ejercicio intenso.
  • El sujeto manifiesta un fuerte miedo a engordar, fijándose como meta un peso inferior a su peso óptimo.
  • La bulimia generalmente se presenta en pacientes con antecedentes previos de anorexia nerviosa, y con un intervalo entre ambos trastornos de varios meses o años.
  • Los pacientes con bulimia manifiestan apatía, fatiga, irritabilidad y cambios en el ritmo del sueño, lo que genera una pérdida del rendimiento laboral o escolar, y el abandono del cuidado personal.
  • Otros síntomas que se pueden apreciar en un reconocimiento médico son: una ligera abdominal con presencia de estreñimiento, hipertrofia de las glándulas parótidas, pérdida del esmalte dental, lesiones en la garganta, desequilibrio de electrolitos, edemas en extremidades y abrasiones en el dorso de las manos; todo esto debido a la inducción al vómito. El uso de laxantes y diuréticos también produce desequilibrio de los fluidos y electrolitos.
  • Se presentan, además, alteraciones endocrinas; en las mujeres es frecuente la aparición de irregularidades en el ciclo menstrual o amenorrea
Complicaciones de la bulimia 


  • Deshidratación y desequilibrio electrolítico.
  • Trastornos gastrointestinales, que pueden derivar en colon irritable, reflujo gastreontofásico, hernia de hiato,pancreatitis, rotura esofágica...
  • Lesiones en la garganta y el esófago.
  • Deterioro del esmalte dental.
  • Ansiedad y depresión.
  • Alteraciones en el metabolismo (disminución de los niveles de glucosa, cloro, calcio y potasio en la sangre).
  • Trastornos cardíacos (arritmia, hipotensión, prolapso de la válvula mitral).
  • Descalcificación y osteoporosis.
  • Irregularidades menstruales.
  • Problemas renales.
  • Pérdida de la libido y desinterés por las relaciones sociales.
  • Riesgo elevado de suicidio.


Factores de riesgo

La bulimia nerviosa constituye un grave problema de salud pública, porque  afecta a más del 2% de las adolescentes de entre 14 y 18 años, y a los varones en una proporción cerca de diez veces menor, y varios estudios indican que la enfermedad sigue incrementándose en la actualidad. Se suele infravalorar el problema, ya que los pacientes tienden a ocultar los síntomas y a no buscar ayuda, por lo que muchos enfermos no han sido diagnosticados.
Entre los factores de riesgo para desarrollar la bulimia destacan:
  • Hacer dieta. En algunos casos, al dejar de ingerir carbohidratos, la persona se priva de un importante supresor del apetito, lo que hace que sienta un deseo incontrolable de comer. Además, las dietas estrictas pueden afectar a ciertos neurotransmisores cerebrales como la serotonina, lo cual predispone a la bulimia.
  • La influencia social. El cine, la televisión, la publicidad, la moda... transmiten constantemente mensajes que indican que es necesario estar delgado para ser feliz y tener éxito. Para conseguir ser aceptados socialmente, cada vez más jóvenes tratan de modificar su apariencia física, utilizando métodos que ponen en peligro su salud.
  • La incorporación de la mujer al mundo laboral supone uncambio en los hábitos alimenticios de las familias, al faltar una persona que establezca los horarios de las comidas y vigile su cumplimiento. De esta forma, los adolescentes están menos controlados y comen, o dejan de comer, sin el conocimiento de sus padres.
  • En las personas más vulnerables, problemas emocionales como el divorcio de los padres, el fallecimiento de un ser querido, la sobreprotección familiar, o antecedentes de depresión y otros trastornos mentales en la familia, pueden ser factores desencadenantes de un desorden alimentario.
  • Por otro lado, una excesiva preocupación por la figura y el peso puede ser un desencadenante de bulimia, así como la baja autoestima y el perfeccionismo.   

Tratamiento de la bulimia

Es necesario emplear un tratamiento multidisciplinario para abarcar todas las complicaciones físicas y psicológicas que presentan los pacientes de bulimia. El objetivo del tratamiento es que la persona mejore su autoestima y se acepte a sí misma, para restaurar su equilibrio emocional y que sea capaz de adoptar un estilo de vida saludable.
Durante las últimas décadas se han desarrollado un gran número de estrategias terapéuticas para este tipo de trastorno. Las terapias más aplicadas son la psicoterapia individual, en grupo, o familiar, los grupos de autoayuda, y el tratamiento farmacológico.
El método que se utiliza con mayor frecuencia en el tratamiento de esta enfermedad es la combinación de fármacos antidepresivos con la terapia cognitivo-conductual (TCC).
Los antidepresivos inhibidores de la serotonina son eficaces para reducir la frecuencia de los episodios en los que el paciente come desenfrenadamente durante cortos periodos de tiempo, y los vómitos autoinducidos, influyendo en la mejoría de la ansiedad, la depresión y el deterioro global, aunque no ayuda a solucionar el problema de fondo acerca de la sobrevaloración del peso y la figura corporal. Por tal razón, se suelen presentar recaídas a largo plazo.
La terapia cognitivo conductual, por su parte, es el método más efectivo y el que mejores resultados ha conseguido en el tratamiento de la bulimia. La terapia cognitivo-conductual, además de mejorar los síntomas, también modifica la tendencia a realizar dietas extremas e influye en las actitudes hacia el peso y la figura, así como otros síntomas psicopatológicos como la depresión, la baja autoestima, el deterioro de las relaciones sociales del paciente, etcétera); de esta forma, los resultados se mantienen a largo plazo.


Prevención de la bulimia
Estos consejos deberían ser tomados en cuenta por todo aquel que quiera prevenir la bulimia:
  • Descubre qué te gusta de tu cuerpo, recuérdalo, y potencia ese atractivo con la ropa que mejor se adapte a tu físico. También puedes disimular los aspectos negativos. Es normal que ciertas partes del cuerpo no te agraden, y querer mejorar o esconder esos defectos no es malo, siempre que no se convierta en una obsesión.
  • No te compares con los demás. El físico es, sobre todo, cuestión de genes, y aunque se puede mejorar practicando deporte y con una dieta equilibrada, la estructura ósea y la estatura no se pueden modificar. Aprende a sentirte cómodo con tu físico porque esa seguridad se transmite y resultarás más atractivo.
  • Conoce y valora tus cualidades, y muéstralas cuando conozcas gente nueva. Cuando alguien es simpático, ingenioso, amable, dice cosas interesantes y sabe escuchar, el físico queda en un segundo plano.
  • No critiques la apariencia de los demás. Valóralos por sus cualidades y su carácter, al margen de su belleza.
  • Si te sientes mal con tu cuerpo, no comiences una dieta por tu cuenta sin consultar primero con un profesional. No te aísles, habla con tu familia y amigos. Siempre hay alternativas para mejorar sin necesidad de caer en hábitos perjudiciales para tu salud, que son un problema grave y no una solución.




otra definición sobre la bulimia

La bulimia nerviosa es un trastorno de la conducta alimentaria que consiste en una falta de control sobre la comida, con una ingesta de grandes cantidades de alimentos en un corto periodo de tiempo, acompañada por conductas compensatorias como consumo excesivo de laxantes o vómitos autoinducidos. El enfermo mantiene estas conductas en secreto, por lo que a veces es difícil que las personas de su entorno detecten el problema.

La bulimia, junto con la anorexia nerviosa, constituyen los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) de más rápido crecimiento en la población joven, caracterizados por un conjunto de comportamientos dirigidos a conseguir o mantener lo que el paciente considera como peso aceptable, siguiendo unas dietas totalmente irracionalesy con un angustioso miedo a engordar.
Se presenta en el 90% de los casos en mujeres; también pueden sufrirla hombres, aunque su proporción es cerca de diez veces menor. Es frecuente en adolescentes y en el inicio de la edad adulta.

MÁS INFORMACIÓN SOBRE LA ANOREXIA


Causas y factores de riesgo de la anorexia

Es extremadamente complicado establecer parámetros comunes responsables de este trastorno alimentario debido sobre todo a su componente psicológico y a la gran variación de signos y síntomas entre unos pacientes y otros. 
Los estudios desarrollados que han intentado determinar la etiopatogenia (origen de la patología) de la enfermedad no han sido concluyentes, apuntando como origen la suma de algunos de estos factores predisponentes:

Factores individuales

Se ha hablado de un posible componente genético ligado a la presencia del gen 5HT-2A, detectado en un gran número de pacientes diagnosticados de este desorden alimentario y activado por situaciones de malnutrición. Diversos estudios de concordancia gemelar apoyan este posible componente genético. 
Se ha detectado un aumento de la actividad serotoninérgica que parece estar muy ligado a la disminución de la ingesta de alimentos y a alteraciones de la conducta. Igualmente se han observado, a través de pruebas de imagen, alteraciones anatómicas y metabólicas en los sujetos con anorexia, que podrían estar ligadas a la presencia de la enfermedad. 
Finalmente, se ha relacionado de forma predominante la presencia de esta enfermedad con alteraciones psiquiátricas como depresión mayor o trastorno obsesivo-compulsivo.

Factores familiares

Presencia de alcoholismo y/o trastornos psiquiátricos en familiares de primer grado (padres y hermanos).

Factores culturales

Cánones de belleza inalcanzables impuestos por la sociedad y un excesivo culto al cuerpo.
Además de estos factores, el inicio de dietas restrictivas es un factor precipitante de la enfermedad.

Diagnóstico de la anorexia

Diagnóstico de la anorexia

El diagnóstico de esta enfermedad se basa en:
  • Una entrevista con el paciente y su entorno familiar más cercano, y revisión de su historia clínica y antecedentes familiares.
  • Una exploración física y evaluación del ritmo cardiaco, presión sanguínea y frecuencia respiratoria.
  • Pruebas clínicas complementarias: hemograma, bioquímica, etc.
Según el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-IV) de la Sociedad Americana de Psiquiatría, los cuatro criterios diagnósticos principales de la anorexia nerviosa son:
  • Rechazo tajante a lograr y mantener un peso corporal igual o superior al valor mínimo normal considerado en función de la edad y la talla. Por lo general, el peso es inferior al 85% del mínimo correspondiente a la edad y talla.
  • Terror patológico a la ganancia de peso y a la conversión en una persona obesa.
  • Alteración de la autopercepción del peso y silueta corporal, con exageración de su importancia en la capacidad de autoevaluación, y negación de los riesgos que supone un bajo peso corporal mantenido.
  • Amenorrea en mujeres pospuberales (desaparición de al menos tres ciclos menstruales). 

Claves en el diagnóstico de la anorexia

La 10º versión de la clasificación estadística internacional de enfermedades y otros problemas de salud (CIE-10) mantiene aproximadamente los mismos criterios de diagnóstico de la anorexia, aunque un poco más ampliados, indicando:
  • Pérdida de peso significativa conseguida mediante la evitación de alimentos “que engorden”, y dos o más de los siguientes síntomas: vómitos autoinducidos, empleo de laxantes, ejercicio físico excesivo, uso de diuréticos o inhibidores del apetito.
  • Psicopatología específica con idea sobrevalorada y obsesiva de horror hacia la gordura o la flacidez, lo que implica que el paciente se autoimpone un umbral de bajo peso no justificado.
  • Presencia de trastornos en el eje hipotálamo-hipofisario-gonadal que se manifiestan en el varón como falta de interés sexual e impotencia y, en la mujer, como amenorrea. Puede haber niveles elevados de GH y cortisol, anormalidades en la secreción de insulina, y cambios en el metabolismo periférico de la hormona tiroidea.
  • En caso de aparición prepuberal, el crecimiento se ve interrumpido, con falta o ausencia total del desarrollo de los pechos y aparición de amenorrea primaria en las niñas y, en el caso de los niños, los genitales permanecen juveniles. 
Con la recuperación, estos síntomas se revierten y se continúa con el desarrollo normal de la pubertad, excepto por el retraso de la menarquia.

Prevención de la anorexia en la adolescencia

  • La mayoría de los casos de anorexia se dan en mujeres con edades comprendidas entre los 14 y los 18 años. Jóvenes que han recibido  un falso mensaje que ensalza la delgadez como la representación del éxito, la felicidad, lo correcto y lo natural. El deseo de cambiar el aspecto físico no implica que se padezca una enfermedad mental, pero sí incrementa las posibilidades de desarrollar un trastorno alimentario cuando se convierte en una obsesión y se adoptan conductas inapropiadas. La adolescencia es una etapa especialmente vulnerable porque la personalidad no está suficientemente formada, de ahí la importancia de establecer programas de prevención de la anorexia, para evitar el desarrollo de este y otros trastornos alimentarios.
  • Los educadores en contacto con adolescentes juegan un papel muy importante en la detección precoz de los trastornos alimentarios, y deben avisar a los familiares si observan alteraciones emocionales o cambios en el comportamiento o el aspecto físico de los jóvenes.
  • Si el joven necesita perder peso por motivos de salud, debe hacerlo siempre bajo control médico y con el conocimiento de los padres. Si estos observan que el deseo de perder peso está injustificado, o que el joven empieza a reducir sin motivo la cantidad de comida, deben consultar inmediatamente con un especialista.
  • Los familiares deben evitar hacer comentarios despectivos sobre el aspecto físico de otras personas. Se puede criticar una mala acción o el mal carácter de alguien, pero no burlarse de su fealdad gordura.
  • En esta misma línea, se debe enseñar al adolescente a valorar las virtudes de los otros en vez de juzgarlos por su aspecto físico.
  • Favorecer la integración y convivencia entre personas procedentes de distintos ámbitos sociales y culturales, ayuda al adolescente a comprender que ser diferente no significa ser peor ni mejor.
  • Potenciar su autoestima para que valore sus cualidades y capacidades y no se avergüence de sus limitaciones.
  • Un ambiente familiar positivo, sin caer en la sobreprotección, proporcionará al adolescente la seguridad y el apoyo necesarios para superar sus problemas.
  • http://www.webconsultas.com/anorexia/anorexia-271

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Silvia Valero Loro
http://www.slideshare.net/ramoncopa/informe-14970133

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